HISTORIA
Violeta Guyot*
INTRODUCCIÓN:
Desde
hace unos años venimos haciendo investigación educativa en el marco del
Proyecto de Investigación “Tendencias Epistemológicas y Teorías de
La
decisión epistemológica consecuente fue posicionarnos en la perspectiva
del pensamiento complejo o paradigma de la complejidad, habida cuenta de
la multiplicidad de aspectos involucrados en este replanteamiento del problema.
La
revisión de la historia de la ciencia
y de la historia de la filosofía de la ciencia y sus emergencias como campos
específicos de estudio del conocimiento científico, devino una tarea crítica
y normativa para comprender bajo qué regímenes de pensamiento se produjo
la instalación de la racionalidad occidental bajo la figura del logos científico-tecnológico y su impacto
en el campo educativo.
Fue preciso diferenciar el conocimiento científico producido y utilizado por la comunidad científica del conocimiento en su forma escolarizada, transpuesto didácticamente a los fines de la enseñanza. El objeto de conocimiento de las ciencias difiere del objeto de la práctica docente, nuevo objeto de conocimiento construido a los fines de ser enseñado a partir de la lógica que impone el sistema de enseñanza, el curriculum, las secuencias temporales de los aprendizajes y los procesos de evaluación. [2]
Por otro lado, los saberes que el docente instrumenta como soportes de su "saber hacer" , se pusieron de manifiesto en una red solidaria de conceptos, representaciones y certezas que iban desde lo atesorado en la experiencia de su práctica y los modos existenciales de plantear su proyecto docente hasta sus opciones teórico- pedagógicas
La problemática planteada por la investigación de la práctica docente puso de relieve una multiplicidad de aspectos, lo que nos condujo a introducir algunos ejes fundamentales para su análisis: la relación teoría práctica, la situacionalidad histórica y la vida cotidiana, las relaciones de poder-saber.
Por otra parte, en el quehacer de todos los días se juega el tiempo micro, existencial de la historia de una institución, la escuela, que pone en el centro del acontecer cotidiano la práctica docente. En ella se constituyen los sujetos, docentes y alumnos como seres que hablan, viven y trabajan , en torno al conocimiento, representaciones, valores y actitudes que los hacen protagonistas de una sociedad, una cultura, una época. La transformación de la práctica docente sólo es posible, en las prácticas de la vida cotidiana de la escuela. La relación poder saber nos remite nuevamente a la cuestión del sujeto.
La práctica docente es afectada por los juegos de poder más amplios de la institución, el sistema educativo y de la sociedad al mismo tiempo que posibilita el ejercicio de un contrapoder, de resistencia al poder instituido, y un efectivo poder en relación a los alumnos. Así la tensión entre la sujeción y la necesaria libertad para modificar el sistema de relaciones de la práctica docente considerada como un dispositivo de saber- poder, nos conduce a revisar los nuevos desarrollos que realizó Foucault acerca del poder en sus últimos trabajos. El poder que “se aplica a la inmediata vida cotidiana que categoriza al individuo, le asigna su propia individualidad, lo ata en su propia identidad, le impone una ley de verdad sobre sí que está obligado a reconocer y que otros deben reconocer en él. Se trata de una forma de poder que hace sujetos individuales.” [4]
En
este sentido, . la experiencia de la educación y específicamente de la escolarización
“como estructura
de los procesos de subjetivación y enclave de la temporalidad en sus tres
dimensiones…, despliega el aparato de las prácticas de la vida cotidiana como el ámbito existencial
en el que los sujetos concretos, en su particularidad, se van constituyendo
en el juego de las sujeciones, desde los discursos a las prácticas no discursivas,
y en los riesgos a que los lanza el deseo de libertad. Estas afirmaciones
dan que pensar pues representan una profundización de la pregunta por el
sujeto y la subjetividad, en lo inevitable de nuestra finitud e historicidad,
y nos conducen a la interpelación de lo
que somos, lo que hemos sido y de lo que podemos ser. Esta fue la
tarea que se propuso Foucault: diagnosticar el presente (“ ¿qué somos hoy”?),
pero apuntando a otra cosa (“¿cómo cambiar la vida, la existencia?”)
[5]
Poder cambiar confronta al sujeto a unos espacios de lucha; pero por otro lado, lo confronta consigo mismo; es en este punto donde el poder se inflexiona y en vez de actuar sobre otros se vuelve sobre el propio sujeto. La posibilidad de una conversión del sujeto está condicionada por la verdad, verdad acerca de sí mismo, que pone en juego al mismo tiempo, el cuidado de sí, formas de la preocupación por uno mismo. De lo que se trata es de la posibilidad de convertirse en otro distinto del que se es por unas prácticas que llevan a operar sobre sí: “Uno siempre está a tiempo de corregirse, incluso si no lo hizo en su época de juventud. Siempre existen medios para volver al buen camino, incluso si ya estamos endurecidos; siempre puede uno corregirse en lo que se habría debido ser y no se ha sido nunca. Convertirse en algo que nunca se ha sido, tal es, me parece, uno de los elementos y uno de los temas fundamentales de esta práctica de uno sobre sí mismo [6] Esta formas de la relación consigo mismo, requieren para poder desarrollarse, unas “tecnologías del yo” y la mediación de un otro. La figura del otro adquiere una significación especial pues refiere por un lado al maestro:“No existe preocupación por uno mismo sin la mediación de un maestro, pero lo que define la posición del maestro es que aquello es precisamente el cuidado que pueda tener sobre sí mismo aquel a quien el sirve de guía” [7] . Pero por otro lado, el otro es la filosofía en tanto que guía de todos los hombres y práctica general del gobierno. “La filosofía es el conjunto de los principios y de las prácticas con los que uno cuenta y que se pueden poner a disposición de los demás para ocuparse adecuadamente del cuidado de uno mismo o del cuidado de los otros. [8] No se trata de ser un especialista en filosofía, sino en haber frecuentado las enseñanzas de la filosofía y la experiencia de una reflexión acerca de sí mismo.
·
ProfesoraTitular
de las Cátedras de Filosofía y Epistemología de las carreras de grado
y posgrado de
·
E-mail: vguyot&unsl.edu.ar
[1]
Cf.
Revista Alternativas, Año IX, Nª 35-36, LAE, UNSL, Mayo-Agosto de 2004,
Sección “ Investigaciones Educativas”, pp 213 a216
[2]
Cf. CHEVALLARD, Y.,
[3]
Cf. CASALLA, Mario, "Concepto
de lectura culturalmente situada" , en Crisis de Europa y Reconstrucción del Hombre,
Castañeda, Buenos Aires 1977; GUYOT, MARINCEVIC, LUPPI, Poder Saber la educación, Ob. Cit.; GUYOT,
V. "El nombre de
[4]
DREYFUS, H. L. y RABINOW, P.,
Ob. Cit. , p. 245
[5]
GUYOT, V. “ Territorio de Enseñanza.
[6]
FOUCAULT,
M., Hermenéutica del sujeto, Ed.
[7]
Ibidem, p. 49
[8]
Ibidem, p.61